lunes, 22 de octubre de 2007

Pata e'laucha

De pronto uno se ve ligado a una cadena de acontecimientos y disparates que ya no sabe como cortar.
Pasadas las cinco de la tarde de un día jueves, tomando encuestas. Plaf! Nunca lo vi, era el oxidado letrero de calle Centenario que había cambiado su horizontal por una perpendicular y que abría una bisectriz en mi cabeza.
El estallido lo sentí por dentro. afuera todo se agitaba hasta verse borroso
Les dije a mis amigos "mejor me voy a mi casa", miraron la herida y fruncieron el ceño.
...Mi suerte ya estaba echada.
Entrar a la sala de espera del centro asistencial de Maipú tuvo su aire teatral, apretandome la herida con papel, la cara y las manos pintadas. Entrada pomposa a la comunidad de pata'e lauchas, quienes se evalúan a punta de miradas en la sala de espera. Sin previsión, ni la "indigente card", mi amigo se acerca para comunicarme que hasta allí no mas duraba la obra. Me largaba (aliviado) cuando la complicidad de mi nueva comunidad me informa "puede endeudarse con un pagaré si no tiene nada 'e nada" (secreto bien ocultado por la enigmática señora del computador)
Ese largo pasillo, con un tipo al fondo indicando con la mano quizás qué, ...pero uno ya va entregado (vergüenza, valentía le dicen)
Continuará

Bueno, han pasado casi dos años del accidente y uno se pone camisa, un poco más gordito y grave. A ver que más recuerdo:

Un lolo de entra muy contento, aire de estilista él, corta y recorta cosas, de pasada me recuerda que el rostro es una mascara no solo metafóricamente, mientras una agujas recorren mi frente (hoy en día es signo de estatus). Entran dos doc, uno me pone un paño en la cara y comienza con el "croche", pocas cosas recuerdo de lo que se hablaba, pero nada me hará olvidar cuando el que me zurcía le pregunta al otro "Cuándo me vas a enseñar a coser sub cutáneo", acto seguido una enfermera abre la puerta y les dice que hay un niño con fractura expuesta. Yo ya no era la gran cosa, el "tejedor" le dice al otro "no vayas, a ti no te corresponde". Se nooota!!!!!!!, se siente el cambio de pulso de alguien enojado, como que se le corrió el punto. La tercera parte es una señora, una enfermera circular, masiva. Me hablaba, sabía que me daba instrucciones "blaaaaaa, blaaaaaa, bluaaaa", la escuchaba como la maestra de Charly Braun, le pedí que me las escribiera en una papeleta , entonces ella: bla, blahvla!!!, "pero señorita, no lo voy recordar" me inyecto y pa' la casa, ese era el desenlace creía yo. Nada!, las instituciones funcionan, sin hacer fila la cosa no vale, es como estar en un país bananero. Después de todo la burocracia tiene su efecto terapéutico, te retrotrae a lugares conocidos y baja los humos del estrellato. Y como no hay tramite memorable, que se precie de tal, sin que se caiga el sistema... Yo miraba los paneles del cielo, si acaso esto era una cámara escondida. A alguien se le ocurrió que pasara adelante, a esperar sentado ...mi turno en la fila. El Edo grita "pagale con cabeszasos", risas! Y la fama volvía a mí, fama del tipo "su sueño por un día".

La micro tuvo un dulce transitar por Cerrillos, Mucho regaloneo, con Marcela. Karen y Marco vuelan verme. Pancho me consuela diciéndome que la calle Centenario es un clásico de los encuestadores, que su letrero tiene inscrito con sangre "no sabe/ y ya no responde". Detalle, vomite bastante. Apenas pude me dirigí al centro de salud más cercano, donde me mandaron a uno algo más lejano, luego a otro. Al fin a San Juan de Dios los pasajes, tiene edificio nuevo, no es tan malo, me repetía. Desde fuera no se nota, pero le hicieron la urgencia en una planta baja, si llegas a pies, hay que bajar a ese infierno repleto por una escala
Continuará...

1 comentario:

†Oz® dijo...

Notable , espero la segunda parte ...